Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 110

¿Son bíblicas las reuniones de jóvenes y los campamentos cristianos?

RESPUESTA

La única mención de reunión de jóvenes que encuentro en la Biblia, es la que realizaba el rey Roboam (1Ry.12, 2Cr.10), donde dice que él se reunía con todos los jóvenes que se habían criado con él.

Pero este caso único está registrado como un ejemplo que NO debemos seguir, porque la Biblia nos advierte muchas veces sobre la falta de sabiduría de los jóvenes y su exceso de auto confianza y suficiencia personal que ellos tienen debido a su inmadurez.

Dice por ejemplo en Pr. 20:29 "La gloria de los jóvenes es su fuerza". Pr. 23:13 "No rehúses corregir al muchacho". Job. 19: 18 "Aun los muchachos me menospreciaron; al levantarme, hablaban contra mí". 1Tm.3: 6 "No un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo". Sl. 25: 7 "De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes". Ecl. 11: 9-10 "Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad" etc.

El caso que se registra en 1Ry. 12 dice que el rey, debido a su insensatez, dejó el consejo de los ancianos, que era donde estaba la sabiduría, para seguir lo que habían decidido unos muchachos en una reunión de jóvenes. El resultado fue muy nefasto y tuvo que pagar con una triste y dolorosa derrota su necedad y desatino.

Aparte de este ejemplo negativo, no existe ninguna mención bíblica de una iglesia que mantuviera reuniones de jóvenes, menos aún de "campamentos para jóvenes". Porque claramente el Señor no nos ha salvado y dejado en este mundo con el propósito de levantar "campamentos vacacionales".

Resulta inconcebible imaginar a los apóstoles organizando "campamentos cristianos", cuando ellos a través de la Palabra de Dios establecieron que somos "extranjeros y peregrinos". Lc. 9: 23 "Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame". Jn.17:18 "Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo". Naturalmente no para fundar campamentos de jóvenes, sino iglesias para la gloria de Dios.

Los resultados y experiencias que vemos en una cristiandad que cada día se aparta más de la Palabra de Dios, buscando agradar a sus congregaciones para atraer el mayor número de personas, es que esos llamados "campamentos cristianos" han servido en muchos casos para entretener a los jóvenes, y en algunos casos han terminado hasta en embarazos no deseados. Donde muchos jóvenes son atraídos por la entretención y no por Cristo, eso solamente logra integrar a "cristianos nominales" en sus filas, personas que nunca han nacido de nuevo. La iglesia no tiene nada mejor que ofrecer que la persona santa y divina del Señor Jesucristo, si eso no les satisface, nada podrá salvarles ni atraerles al evangelio.

Es absolutamente legítimo y saludable que los creyentes puedan tener un merecido descanso después de un arduo año de trabajo, pero nunca nuestros hijos van a estar mejor cuidados que bajo la disciplina de sus propios padres. Además esos son momentos muy especiales para que los padres y los hijos puedan conocerse mejor, fuera de la rutina diaria.

Es muy grato cuando llega la vejez, poder recordar ese tiempo tan especial que pasamos con ellos durante su niñez y juventud, también nuestros hijos nos recordarán como padres esmerados y preocupados de compartir nuestro tiempo con ellos. En medio de una sociedad consumista, muchos son los padres que se conforman con ofrecerles regalos materiales a sus hijos, pero lo realmente importante y que perdura, es nuestro tiempo que destinamos a ellos.

Dios prohibió claramente dos elementos que no debían mezclarse con la fe: la levadura y la miel (Lv. 2: 11). La levadura resulta muy obvia, porque en toda la Biblia ella es símbolo del pecado. Y la miel, porque representa precisamente esa dulzura del mundo que resulta tan agradable al paladar del hombre carnal. E indiscutiblemente esos campamentos cristianos, discotecas cristianas, conciertos cristianos, festivales de la canción cristiana (donde se presentan los "ídolos" de la canción cristiana), todo eso es "miel" natural de este mundo y que además huele muy mal.

La iglesia del cristianismo bíblico, la que promovía la espiritualidad antes que la entretención, la que vio nacer a grandes líderes que consagraron sus vidas en los lugares más apartados del mundo llevando las buenas nuevas de salvación, no era la que organizaba campamentos vacacionales.

Esa iglesia victoriosa que nos trajo el evangelio hasta el siglo XXI, era la que impulsaba la austeridad, la consagración, la santidad, la entrega plena al Señor cada día de sus vidas. En ellos no cabía el concepto de "campamentos para jóvenes", porque los jóvenes estaban demasiado ocupados sirviendo al Señor como pregoneros de Su Palabra en los lugares más remotos: China, India, África, las Islas del Pacífico, etc. Existía el fuego del celo de Dios y del servicio al Señor, eran verdaderos siervos, por esta razón, con toda propiedad le llamaban "Mi Señor".

Hoy en día en medio de una cristiandad tan liviana, lo principal no es llegar hasta lo último de la tierra, sino de pasarlo bien aquí ahora en la tierra. Poseen un concepto muy nebuloso del cielo, como algo tan lejano, que para muchos es casi irreal, razón por la cual se apegan tanto a este mundo y procuran solamente pasarlo bien ahora, aquí en la tierra. No existe la consagración, la devoción ni la santidad.

La santidad bíblica significa justamente "separación" del mundo. Pero sin embargo lo que vemos en el cristianismo moderno es la imitación del mundo. A todo lo que están copiando del mundo le aplican simplemente el apellido de "cristiano" y el problema lo dan por subsanado.

Así se han desarrollado los campamentos cristianos, discotecas cristianas, clubes deportivos cristianos, pasarelas de modelos cristianas, concursos de bellezas cristianas, "ídolos" de la canción cristiana, conciertos cristianos, festivales de la canción cristiana. Y de esta manera frívola han continuado para satisfacer sus ambiciones mercantiles con: Agencias de viajes cristianas, inmobiliarias cristianas, financieras cristianas, restaurantes cristianos, cementerios cristianos, hospitales y clínicas cristianas, colegios cristianos, universidades cristianas, etc.

Resulta muy curioso, por decir lo menos, que la gran mayoría de las iglesias modernas son carismáticas, es decir, son muy bulliciosas, mucho ruido y mucho aeróbic en sus reuniones, pero además sostienen la creencia de las sanidades milagrosas, y son ellas principalmente las que se han dedicado al comercio de la salud. En los países anglosajones, que es lo que más conozco, los hospitales y clínicas más grandes (y más caros) son precisamente de ellos, los que creen en los milagros y las sanidades. Si tienen verdaderamente el poder para sanar ¿Para qué instalan hospitales y clínicas?

La idea que venden es que todas esas actividades "cristianas" son buenas para nuestros hijos y familia en general, pero tiene dos elementos que se contradicen abiertamente con la enseñanza bíblica.

Uno: Que el Señor nos ha dejado en este mundo para que brillemos en el sitio donde estemos, y allí seamos portadores del glorioso mensaje del evangelio a los que nos rodean y aún no poseen la salvación de sus almas; no para que nos aislemos de los inconversos, que fue el principio equivocado que llevó a algunas religiones a fundar monasterios. Porque si eso fuera la voluntad del Señor, él nos habría salvado y llevado inmediatamente al cielo, allí es donde estaremos efectivamente separados de los inconversos, sin embargo nos ha dejado en medio de las tinieblas para que brillemos con la luz del evangelio. El ejemplo de vida que nos dejó el Señor Jesucristo durante su ministerio terrenal así lo confirma, él se mezcló en todas las esferas y condiciones sociales de la época. Jamás lo vimos organizando una reunión especial para jóvenes y menos aún, un campamento para que la juventud tuviera momentos de esparcimiento, y ninguna iglesia que registra la Biblia hizo algo que tan siquiera se asemeje a eso.

Dos: Que muchas de esas organizaciones "cristianas" (colegios, universidades, clínicas, etc.), se costean con las ofrendas de todos los miembros de las iglesias, pero en el momento de prestar el servicio real, solamente lo hacen a las clases más adineradas de la sociedad, porque los más pobres solamente tienen el derecho de ofrendar, debido a que no pueden tener acceso a sus beneficios, porque las tarifas que tienen son inalcanzables para las familias de escasos recursos, eso es inmoral. Es una antítesis del verdadero cristianismo bíblico, donde los que poseen más deberían ayudar a los que tienen menos. 2Cor. 8: 14 "para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos".

El apóstol Pedro anunció proféticamente que vendrían estos tiempos peligrosos (2Pd.2: 2-3) "Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas".

En resumen, las reuniones de jóvenes y los "campamentos cristianos" no tienen su origen en la Biblia, sino que es parte de la miel que ofrecen las iglesias modernas que se alejan cada día más de la Palabra del Señor, y del genuino espíritu del cristianismo bíblico. La iglesia del Señor es un cuerpo indivisible, no debería existir una mano actuando separadamente del cuerpo.

Es muy triste y deplorable la actitud de algunos jóvenes que asisten a las iglesias con la actitud de "vitrinear" ("shoping around") si hay alguna muchacha que sea de su agrado, o buscando actividades para jóvenes. La iglesia no es un club social, sino la casa de Dios, deberían tener más respeto y temor por lo santo que es ese lugar. Allí se debe asistir buscando la presencia del Señor, y no amistades o entretenciones de este mundo.

También resulta inconcebible que en muchas iglesias "modernas" estén entregando el liderazgo a los jóvenes. Los hnos. mayores, que deberían aportar con su experiencia y sabiduría, están eludiendo sus responsabilidades en un muy mal entendido "favor" que creen estar haciendo a la congregación, dejando en manos de los jóvenes la dirección y responsabilidades de la iglesia.

En la Biblia Dios ha dejado registrado para nuestra enseñanza y exhortación, casos como el que se consigna en Is.3 donde el Señor señala una lista de males que traerá sobre Judá y Jerusalén por su pecado. Y entre los juicios que anunció Dios que traería sobre ellos por su pecado, fue precisamente que pondría jóvenes que fueran sus gobernadores y líderes, porque inevitablemente la dirección de esos muchachos en esos puestos de responsabilidades que requieren mucha experiencia y sabiduría, ellos, al carecer de esas cualidades debido a su juventud, acarrearían males mayores.

Isa 3:4 "Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores.
Isa 3:5 Y el pueblo se hará violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble".

Es decir, los jóvenes a cargo de la conducción, fueron puestos por Dios ahí como un castigo para la nación. Sin embargo hoy muchos insensatos y que no leen su Biblia, consideran una bendición que los jóvenes estén actuando como líderes en las iglesias. Eso ineludiblemente ha traído un mal mayor como lo anunció el Señor.

La iglesia es un cuerpo, pero donde cada uno debe cumplir con la función que el Señor le ha asignado y capacitado, el que es mano, no puede pretender actuar como boca, el que es pié no puede funcionar como ojo. Todos los miembros son necesarios, pero cada uno dentro del lugar y labor que Dios le ha asignado, porque ha sido Él quien ha repartido a cada uno en particular el don como Él quiso.



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