Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 140

Cuando el pastor no puede sanar a alguien, le dice que se debe a que no tiene fe ¿Puede ser así? Porque yo sé que tengo fe y no fui sanada, ahora continúo enferma y hoy sufro más porque me dijo públicamente que era mi culpa por no tener fe y tengo dudas sobre mi propia salvación.

RESPUESTA

Es un engaño de Satanás lo que dicen esos "ministros" que buscan el sensacionalismo para atraer gente a sus congregaciones, para tener un gran rebaño para trasquilar.

Es una característica muy peculiar de los comerciantes de la fe, que al igual que Simón el mago deseaba ese poder para hacer dinero y fue reprendido duramente por el apóstol Pedro. Seguramente que si Simón el mago hubiera vivido en nuestros días, sería un predicador estrella de la TV. con una enorme congregación y mucho dinero en su cuenta bancaria. Lo mismo que la muchacha con espíritu de adivinación que proclamaba la verdad y aún eso molestó a Pablo.

Hch. 16:16-19 "Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora".

2Co 11:13-15 "Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras".

Todo este fraude y comercio que realizan los mercaderes de la fe (traficantes de almas), el éxito que tienen para congregar grandes multitudes, se debe a que nuestra sociedad acostumbrada a los productos instantáneos y lo desechable, donde se ha perdido la capacidad de asombro y buscan cada día algo más especial; corren como los niños tras el flautista de Hamelin cuando alguien ofrece un espectáculo "sensacionalista" como el que presentan los curanderos y sopladores en muchas iglesias.

Y esto ha sido posible por el trabajo sistemático que estos líderes inescrupulosos realizaron durante varios años, de alejar al pueblo de Dios de la lectura y estudio de las Sagradas Escrituras. Estuvieron predicando insistentemente: "No lea la Biblia, porque la letra mata". Y el resultado es el que era de esperar, un pueblo que sufre de raquitismo espiritual por falta de alimento sólido y sano que Dios proveyó a través de su Santa Palabra.

Tal es la desnutrición espiritual que padecen, que basta un simple soplido de esta clase de líderes y todos caen de espalda. Pero estos sopladores, curanderos y milagreros no habrían tenido cabida dentro de las iglesias, si el pueblo de Dios hubiera obedecido al Señor antes que a los hombres. Porque todos sabemos que el Señor Jesucristo mandó no solamente leer las Escrituras, sino "escudriñad las Escrituras", la Palabra de Dios.

Los que han obedecido al Señor en este mandamiento de escudriñar las Escrituras, saben perfectamente que la enfermedad es algo inherente a la condición humana y no a la falta de fe como enseñan estos "showman".

El apóstol. Pablo dice: 2Cor. 11:29 "¿Quién enferma, y yo no enfermo?". Luego lo vemos clamar tres veces al Señor para ser sanado de una enfermedad que lo afectaba, y no fue sanado. Estos "ministros" del evangelio de la prosperidad ¿podrán afirmar que Pablo no fue sanado por falta de fe? Y la respuesta que obtuvo del Dios Soberano fue: 2Cor. 12:9 "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad".

Pablo, quien había realizado muchas sanidades durante el período que fueron necesarias para autenticar la Palabra que estaban entregando, debido a que todavía no se terminaba de escribir la Biblia, pasado ese tiempo, cuando la iglesia dejó lo que era para su niñez, hasta el apóstol tiene que decir: Gál.4:13 "vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio".

Las curaciones milagrosas fueron una señal durante el comienzo de la iglesia, pero fueron disminuyendo notablemente aún durante el período apostólico cuando alcanzó madurez. Dejó esas manifestaciones externas que fueron entregadas para la infancia del cristianismo.

2Tim.4:20 (Pablo) "Dejé a Trófimo en Mileto, enfermo".

Filp.2: 27 (a Epafrodito) "estuvo enfermo, a punto de morir".

A Timoteo, quien no gozaba de buena salud, le prescribe un poco de vino (lTim.5:23).

Pablo, Trófimo, Epafrodito ni Timoteo no fueron sanados por falta de fe como aseguran estos engañadores de hoy. Simplemente fue que el propósito de esas sanidades que fue testigo la iglesia en sus comienzos había concluido, porque lo perfecto (La Biblia) había llegado y ahora poseían el Nuevo Testamento donde estaban todas las indicaciones para saber cómo comportarse en la casa de Dios que es Su iglesia.

1Tm 3:15 "para que sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad".

1Co 13:9-11 "Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño".

Job fue también un varón experimentado en quebrantos y una sarna maligna lo cubrió desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Pero tuvo la entereza para decir a su mujer cuando ésta lo reprendió por mantener su fe a pesar de todo el mal que le acontecía, y declarar: Job 2:10 "Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?".

Otra consideración que tendrán presente aquellos que han leído sus Biblias, es que no todos los que fueron sanados por el Señor precisaron de la fe. Lc.22:50-51 "Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le sanó".

Lc 13:11-12 "y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad".

No es de extrañar que los milagreros y curanderos de nuestros días, que abundan en las "iglesias" carismáticas, para intentar justificar sus fracasos, culpen al enfermo de que no fue sanado por no tener suficiente fe. Pero aquellos que han leído sus Biblias saben perfectamente que cuando el Señor explicó a sus discípulos la razón por la que no pudieron sanar a una persona, se debió a la falta de fe de ellos, y no del enfermo, como tuercen los falsos sanadores de hoy.

Mt.17: 19-20 "Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe"

Muchos han vivido milagros sin tener fe y otros tantos han realizado milagros sin tener la fe regeneradora en el Señor, como fue el caso de los egipcios en los días de Moisés y los milagros que imitaron los hechiceros de faraón. Los milagros no convierten a las personas. Mr. 6:52 "Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones".

Satanás y sus agentes pueden hacer milagros. 2Ts. 2:9 "inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos". Mt. 7:22-23 "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad". 2Cor. 11:13 "Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo".

Los milagros han servido para apoyar a los ministros de falsas religiones. Dt. 13:1-3 "Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma".

No todos los que dicen seguir en una iglesia porque allí han visto milagros son verdaderamente creyentes. Jn. 2:23-24 " Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos".

Seguir a una congregación porque allí han visto milagros, es una evidencia contundente que los tales no poseen fe, porque la fe es la certeza de lo que no se ve. Heb 11:1 "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".

La fe es indispensable para la salvación, no para recibir un milagro: Ef. 2:8-9 "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe".

La bienaventuranza ofrecida por el Señor es para los que sin haber visto milagros, creyeron. Jn. 20:29 "Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron".

Los milagros son insuficientes por sí mismos para producir una conversión. Lc. 16:31 "Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos". Son fáciles de olvidar, porque no producen un cambio en las personas. Neh. 9:17 "No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz". Lo mismo vemos en los diez leprosos que sanó el Señor, cuando recibieron la sanidad no volvieron al Señor.

Los impíos desean ver milagros. Mt. 27:42 "A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él". Lc. 11:29 "Y apiñándose las multitudes, comenzó a decir: Esta generación es mala; demanda señal". Lc. 23:8 "Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal".

Todas estas prácticas de exhibicionismo, dramatismo y emocionalismo que manipulan los milagreros y sopladores para atraer las multitudes y obtener sus ganancias, se deben a la falta de madurez espiritual y de conocimiento bíblico de quienes son víctimas de esos sistemas corruptos, porque la mayoría está deseosa de ver milagros, como Herodes, pero sin convertirse.

De ellos hace mención el Señor en Su Palabra. 2Pd.2: 2-3 "Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas".

La seguridad de su salvación no depende de los milagros, porque somos salvos por fe, no por obras. Y el hecho de no ser sanada, no se debe a su falta de fe, sino que eso depende de la voluntad soberana de Dios. Si Ud. ha orado al Señor pidiendo sanidad y no la ha obtenido, bien puede ser que Su respuesta haya sido la misma que recibió el apóstol Pablo cuando clamó a Dios para ser sanado. 2Cor. 12:9 "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad".



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