
por Jack Fleming
N° 8
¿Existe la comunicación con los muertos, como dice en 1Sm. 28 ?
RESPUESTA
Dios condena terminantemente esa practica espiritista, y si él lo
prohíbe de una forma tan categórica, no podemos pensar que luego vaya a
emplear ese medio para comunicar sus planes al hombre.
Así lo señaló explícitamente en la ley que le entregó a Moisés,
incluyendo la pena de muerte para aquellos que desobedecieran este
mandamiento. Dt.18: 10-11 "No sea hallado en ti ...quién practique adivinación,
ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni
mago, ni quien consulte a los muertos". Lv.20: 27 "Y el
hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la
adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos".
En la Biblia, por ser Palabra de Dios, no existen contradicciones.
Dios no puede condenar a muerte a aquellos que desobedecieran este
mandamiento, y luego emplearlo él mismo como un medio lícito para comunicar
sus planes.
Yo sé que algunas de esas Biblias "modernas" que añaden los
comentarios de hombres para "aclarar" lo que Dios dice (como si Dios no tuviera
suficiente sabiduría para hacerlo con claridad por sí mismo), han dicho
para explicar este pasaje de 1Sm. 28 que "aquí Dios hace una excepción
a su prohibición de comunicarse con los muertos".
Ese comentario de hombres es insultante a la Justicia y Santidad
Eterna de Dios. Si en forma tan evidente el Señor dice que eso es pecado
y que merece la muerte del que lo practique; jamás él mismo va a
quebrantar sus propias leyes. Dios no puede decir: "Pena de muerte para el
que lo hace, pero si lo hago Yo, está bien".
No me resta más que decir lo mismo que el Señor le dijo a los
fariseos de su época: "Erráis, ignorando las Escrituras".
1Sm. 28 dice en el vr. 3 "Ya Samuel había muerto". Establece
claramente esa condición del profeta. Vr.7 "Entonces Saúl dijo a sus
criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación". Vr. 11 "La
mujer entonces dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir
a Samuel". Vr. 13 "¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He
visto dioses que suben de la tierra" (no del cielo). Vr. 14 "Un
hombre anciano viene, cubierto de un manto. Saúl entonces entendió que
era Samuel, y humillando el rostro a tierra, hizo gran reverencia".
Y a partir del verso 15, viendo el espíritu demoniaco que tenía a
Saúl a sus pies, no vacila en suplantar a Samuel y comienza hablar como
si fuera el profeta para entregarle un falso mensaje.
Todo aquel que traspase esa línea que Dios ha marcado de prohibición
sobre la adivinación, sortilegios, hechicerías y consultas a los
muertos, lo único que consiguen es introducirse en el mundo de los espíritus
y comunicarse con los demonios, que están deseosos de poder engañar y
hundir en el pantano de la confusión a todos estos que voluntariamente
desobedecen al Señor.
En el verso 19 el "supuesto Samuel" le dice: "y mañana esteréis
conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también el ejército de Israel
en mano de los filisteos".
No existe ninguna duda que el profeta Samuel, como dice el verso 3
"ya había muerto" y ahora estaba en el cielo. Pero el contexto
general de la Biblia y en este mismo pasaje, debido a que nosotros
podemos conocerlos a través de sus frutos, sabemos que el caso de Saúl fue
muy diferente.
La vida de Saúl se resume en unos pocos capítulos de la Biblia, y en
ellos solamente describen a Saúl como aquel que quería asesinar al
escogido de Dios (David), que consultó a una adivina para intentar
comunicarse con un muerto, y concluye con su suicidio que se relata en 1Sm. 31:
4 "Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella".
Con un testimonio de esa naturaleza, nadie podría decir que se trata
de un creyente, más bien corresponde al de un inconverso, y como tal,
estará en el infierno y no en el cielo.
En cambio, ese supuesto espíritu de "Samuel", le estaba asegurando
que iba a morir en la guerra contra los filisteos, pero que se iría a
reunir con "él" en el lugar donde él estaba. Vr. 19 "Mañana esteréis
conmigo". Y como Samuel está en el cielo, entendemos que ese espíritu no
era el de Samuel, sino el de un demonio cuya morada es el infierno,
donde van todos los inconversos.
Que nadie se engañe, Dios no tendrá por inocente al que traspase
esta prohibición tan categórica de consultar con los muertos. Y no hemos
de olvidar que entre ellos están también todos los santos de la
antigüedad (Pedro, Pablo, Esteban, etc.) incluyendo a la misma virgen María.
Todos ellos murieron, están en el cielo y no vendrán a comunicarse
con ninguna persona en la tierra. Como no lo hizo el profeta Samuel,
tampoco lo hará ninguno de ellos. Solamente lograrán comunicarse con la
suplantación que los demonios harán, del personaje que ellos en su porfía
y desobediencia deseen ver y escuchar; porque poder tienen para
presentarse incluso como un ángel de luz.
Si Dios prohíbe a todos los hombres en la tierra intentar
comunicarse con alguien que está en el cielo (o en el infierno), obviamente que
también le prohíbe lo mismo a aquellos que están en Su presencia. Por
esta razón también ha establecido que existe solamente UN SOLO MEDIADOR,
Cristo Jesús.
1Tm.2: 5 "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y
los hombres, Jesucristo".
Heb. 1: 1-2 "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros
días nos ha hablado por el Hijo".
Y para estos postreros días, los de la iglesia, el Señor les dijo a
los suyos antes de subir al cielo: (Jn.16:16) "Todavía un poco, y no
me veréis". Lo que descarta todas esas supuestas apariciones que
los falsos profetas de hoy, pretenden haber tenido del Señor. No existen
nuevas apariciones del Señor, porque Su revelación quedó completa
cuando se escribió la última página de la Biblia.
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