Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 141

¿Qué significa Lc. 10: 20? "Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos".

RESPUESTA

El Señor había enviado a setenta discípulos suyos a predicar a diferentes lugares, y cuando regresaron comentaban con gozo las maravillas que habían sido testigos, los milagros que pudieron realizar. Pero el Señor les tiene que recordar que todo eso fue hecho en el poder de Dios y que toda la gloria le pertenece al Eterno.

Dios no comparte Su gloria con ninguna de sus criaturas, ese es el mismo mal que somos testigos a diario en la mal llamada cristiandad de nuestros días, se han quedado contemplando y esperando milagros que "ellos" puedan realizar, pero no aprecian en toda su magnitud el milagro más importante y glorioso, con repercusiones para toda una eternidad, el milagro de la salvación.

Lc. 10:17-18 "Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo".

Para el lector superficial y para el oído poco atento pareciera que la respuesta del Señor fue algo fuera de contexto, pero sin embargo se aprecian dos cosas importantes en Su respuesta. Primero, que no deben asombrarse de aquello, porque Él ya había visto como el comandante en jefe de las huestes del mal fue expulsado del cielo, por lo tanto no deben maravillarse que sus subalternos (los demonios) también sean derrotados.

En segundo lugar que Él es la fuente de poder que hace a los demonios doblegarse ante Su autoridad conferida. También se aprecia cierta exhortación divina para que los discípulos no cayeran en la vanidad, al recordarles cual fue la razón de la caída de Satanás.

Y en el versículo 20 que Ud. consulta, el Señor les amonesta a dejar ese gozo lascivo e infantil de poner atención en los milagros que fueron testigos, cuando lo más importante no fue eso, sino que el milagro para vida eterna que se produce a través de la salvación de las almas.

Lc. 10:20 "Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos".

Ellos en su pobreza espiritual dan muestra de su carnalidad y falta de visión al maravillarse con las demostraciones de poder que fueron testigos, cuando debieron fijarse y regocijarse principalmente en la salvación de las almas, que es el objetivo y misión para lo cual fueron enviados.

Lo que debería llenar de gozo a una iglesia, no son los milagros, sino que nuestros nombres están escritos en los cielos, y un gozo igualmente significativo cuando vemos por sus frutos, no por levantar la mano, quebrantamientos emocionales o caer en transes autoinducidos; que el nombre de otra criatura de Dios, que fue inscrito en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo, nos fue revelado ante nuestros ojos por el cambio glorioso de la conversión, el nuevo nacimiento operado por Dios en el corazón de otro pecador.

2Ts. 2:13 "Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad"

Ef. 1:4 "según nos escogió en él antes de la fundación del mundo"

Ap.17:8 "...los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida"

Sin embargo hoy igualmente encontramos multitudes que llenan las iglesias, saltando y aplaudiendo porque allí han visto milagros, y ni tan siquiera saben si sus propios nombres están escritos en los cielos, porque no poseen la seguridad de su salvación.

Aun cuando Dios ha dicho en Su Palabra:

Jn. 3:36 "El que cree en el Hijo TIENE vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él".

1Jn.5:10 "El que cree en el Hijo de Dios, TIENE EL TESTIMONIO EN SÍ MISMO, el que no cree a Dios le ha hecho mentiroso".

Rom. 8:16 "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios".

Jn. 10:28-29 " yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre".

Filp. 4:3 "Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida".

Esto es lo que debería llenar de gozo el corazón del verdadero hijo de Dios y unirnos al gozo celestial cuando un pecador se convierte. Lc. 15:7 "Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento". Lc. 15:10 "Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente".

El propósito por el cual Dios tiene a la iglesia acá en la tierra es que pecadores lleguen a los pies del Señor y sean salvos. La maravilla y el gozo no deberían estar en los milagros, como exhortó el Señor a sus discípulos, sino en la salvación.



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