por Jack Fleming
N° 17
¿Está bien abrir la Biblia al azar para recibir un mensaje de parte
del Señor?
RESPUESTA
La Biblia es la Sagrada Palabra de Dios y como tal merece nuestra
reverencia, obediencia y sumisión. Aquellos que por Su Misericordia ahora
somos hijos de Dios, la amamos y respetamos incondicionalmente porque
ES la Palabra de nuestro Dios.
El mandamiento divino que hemos recibido es que la escudriñemos,
esto significa que debemos leerla con suma reverencia, por ser Palabra de
Dios, y al mismo tiempo con mucha atención, escudriñando cada palabra
dentro de su propio contexto.
Es un acto de insolencia y profanación emplear la Palabra del Dios
Santo, en una práctica esotérica que se puede comparar solamente al
agorero que consulta el tarot, para saber "cómo le irá ante tal o cual
situación".
Otro tanto podría decir de aquellos que gustan las migajas de los
mal llamados "Pancitos de vida", que son versículos aislados que los han
transformados en el "Horóscopo cristiano". Las radioemisoras que se
auto denominan "cristianas" son las que principalmente
difundieron este mal. Motivan a sus auditores que llamen para que les lean "un
pancito de vida" (un versículo). Y son muchos los que antes de tomar una
decisión o emprender alguna actividad, llaman para saber "cómo les irá
o qué les depara el futuro para ellos".
Esta practica de los agoreros, que gustan abrir la Biblia al azar y
leer "donde indica el dedo", siempre me hace recordar el caso de
aquella persona que tenía este método ocultista de consultar la Palabra de
Dios. Un día como otros, abrió su Biblia y su dedo indicó Mt.27: 5
"Judas fue y se ahorcó". Como no le gustó, intentó por segunda vez, ahora
leyó Lc.10: 37 "vé, y haz tú lo mismo". Dijo como muchos supersticiosos,
la tercera es la vencida, pero ahora su dedo indicaba Jn.13: 27 "lo
que vas a hacerlo, hazlo más pronto". Fácil resulta imaginar la cara de
sorpresa que pondría, ante este supuesto "mensaje de Dios".
Estos personajes que gustan vaticinar, pronosticar y anunciar sus
presagios con este método, argumentan: "Pero esto es lo que dice la
Palabra de Dios". Es verdad que podemos leer muchas cosas si las extraemos
de su contexto, como fue el caso que recién mencioné, pero nadie en su
sano juicio podrá afirmar que eso proviene de Dios. Satanás empleó el
mismo método contra el Señor Jesucristo, le dijo: "Escrito está", pero le
citaba solamente parte de lo que estaba escrito, y el Señor lo
reprendió con TODO lo que decía el pasaje.
Por esta razón el Señor nos manda "Escudriñar las Escrituras",
leerlas con suma atención y reverencia, JAMÁS que estemos leyendo versículos
aislados como quien mira el tarot. Dios manifiesta Su voluntad de una
forma coherente a través de una lectura inteligente, coordinada y
correlativa de Su Palabra. Se ha dicho, y con mucho acierto, que "un texto sin su contexto, es un pretexto".
Dn.9: 2 Describe como Daniel, cuando leyó atentamente en los
escritos del profeta Jeremías, Dios lo bendijo con el conocimiento de
grandes revelaciones. Por esta razón también dice en Apocalipsis 1: 3
"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y
guardan las cosas en ella escritas".
No existe ninguna bendición para los ocultistas que consultan la
Palabra de Dios de esta forma esotérica, al azar, donde indica el dedo.
Tampoco para los irreverentes que suben al púlpito sin saber de qué van
hablar y utilizan este mismo método de abrir la Biblia al azar, sin haber tenido previamente una lectura reverente de la Palabra
de Dios, escudriñándola en oración en plena dependencia del Espíritu
Santo, para poder entregar un alimento consistente y basado
exclusivamente en las Sagradas Escrituras.
Por esta razón se ven forzados a leer ese pasaje y luego cerrar su Biblia, para hablar de cualquier cosa que su imaginación les lleve, menos de lo que han leído. Se pasean por las "experiencias" y vuelan hasta donde sus propias emociones e imaginación los transporta. Apelan a la excitación de su audiencia para que lo aprueben con sus gritos de "amén" y "Gloria a Dios" para crear de esta manera una efervescencia generalizada, para luego culpar al Espíritu Santo de esa orgía emocional que ellos han desarrollado en forma artifical, del mismo modo que lo hacen los showman en los espectáculos del mundo.
Necesitamos como Daniel, leer atentamente las Escrituras ANTES de
predicar, no solamente para saber de qué vamos hablar, sino para llenar
la despensa de nuestro corazón, para que desde allí el Espíritu Santo
pueda sacar alimento sano y nutritivo, de lo contrario nos encontraremos
con una despensa vacía y necesariamente deberemos recurrir a nuestra
imaginación, y solamente podremos entregar alimento contaminado con
pensamientos humanos.
El mandamiento del Señor fue muy claro: "Escudriñad las Escrituras"
Y eso difiere absolutamente de esas prácticas cabalísticas que tanto
gustan al desobediente y carnal que no está interesado en agradar al
Señor. Podrán recibir un mensaje, pero no provendrá de Dios, como fue el
caso del que siguió este método del azar y leyó los pasajes referente a
Judas.
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