Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 269

Cuando Cristo estaba en la cruz fue un pecador más ¿Por eso fue al infierno cuando murió?


RESPUESTA


El Señor Jesucristo JAMÁS se convirtió en un pecador y NUNCA descendió al infierno, como me he referido en otras ocasiones, esa es una doctrina de los romanistas pero que no se encuentra en la Palabra de Dios.

Aunque lamentablemente es algo que también hoy se predica en muchas iglesias y obviamente constituye una herejía que no puede ser aceptada por los verdaderos hijos de Dios que escudriñan las Sagradas Escrituras, porque es una blasfemia que ofende seriamente la santidad del ser divino que descendió desde la gloria para pagar la deuda del pecador.

En la Biblia Dios presenta la doctrina de la sustitución, que corresponde a la imputación de nuestros pecados sobre Aquel que no conoció pecado, como lo expresa textualmente en 2Cor.5: 21: "Al que no conoció pecado".

Aún la ley de los hombres y su sinuosa justicia exoneraron a Cristo antes de morir en la cruz. Lc. 23:4 y 22 "Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningún delito hallo en este hombre… El les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré".

Hasta sus verdugos, que eran soldados acostumbrados a ejecutar a los condenados a esa muerte atroz que había impuesto Roma, cuando le vieron ya muerto y corroboraron su deceso con la lanza que trapazó su corazón, dijeron: Lc.23: 47 "Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo". Fue Justo y Santo durante su vida y continuó siendo cuando fue clavado en la cruz hasta morir por nosotros.

Ese fue el veredicto del mundo, pero infinitamente más importante fue el veredicto de la Justicia divina que habiendo determinado que Rom 6:23 "la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". Y como consecuencia de aquello todos deben enfrentar después de la muerte el juicio.

Heb 9:27 "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto (de la muerte) el juicio,
Heb 9:28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan".

El Santo, en quien jamás posó la más leve sombra de pecado, se presentó en substituto nuestro para cancelar esa deuda y satisfacer la justicia divina. Y en esa condición delegada como víctima del pecado nuestro, aún sin tener JAMÁS en sí mismo pecado, el Justo fue el Cordero perfecto de Dios, que sin defecto ni tacha pudo morir para inhabilitar nuestra condena.

Dios había sentenciado que la paga del pecado es muerte y después de la muerte viene el juicio. Y como prueba contundente de Su santidad y pureza, es que pudo levantarse triunfante entre en los muertos sin enfrentar el juicio posterior a la muerte. Si hubiera sido de la forma que presentan en esa doctrina humana que Cristo en la cruz murió como un pecador más, Él no podría haber triunfado sobre aquel que tenía el poder de la muerte y no habría resucitado. Hch 13:35 "Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción".

Estoy consciente de que muchos charlatanes con "títulos" de pastores, "apóstoles", profetas y demás, se pasean por las iglesias contando historias sobrenaturales que fascinan a los débiles en la fe y deja maravillados a todos aquellos que gustan escuchar "experiencias misteriosas y fantasmales". Estos comerciantes de la fe han encontrado una importante fuente de ingresos contando y vendiendo (en libros, DVD o charlas por las que reciben importantes donaciones por su mentira), cómo ellos han visitado su lugar favorito, el infierno, y han visto al Señor Jesucristo siendo atormentado terriblemente por los demonios que Satanás ha dispuesto para eso.

Curiosamente la mayoría de estos personajes que gustan impactar a sus audiencias con historias sensacionalistas, siempre terminan en sus "vuelos astrales" (espero que esas "voladas" no sean productos de estupefacientes), ellos siempre terminan aterrizando en el infierno, como si tuvieran una relación muy íntima con quienes viven allí y con ese lugar; es como quien va a visitar la casa de sus amigos.

Acepto la libertad que cada cual tiene de escoger y visitar a los amigos que mejor le parezca, pero considero altamente blasfemo predicar y hasta comercializar esa basura en las iglesias, profanando lo que debería ser la casa de Dios.

Esta herejía que atrae y encanta a todos aquellos que no leen sus Biblias y se dejan seducir por estos embaucadores y farsantes, es firmemente refutada por la infalible Palabra de Dios cuando asegura que el Santo no vio corrupción, porque el que jamás conoció pecado en sí mismo, nunca enfrentó ese juicio después de la muerte, porque era Santo y sin mancha, razón por la cual pudo levantarse triunfante sobre aquel que tenía el imperio de la muerte y resucitar victorioso.

Los que se pasean en nuestros días por las iglesias haciendo comercio con esa blasfemia que han visto al Señor Jesucristo en el infierno siendo atormentado por los demonios, es posible que hayan tenido alguna visión, pero seguramente lo que vieron fue aquello que les aguarda a ellos por tanta vileza y comercio que hacen inclusive con esa terrible apostasía, que están sembrando en las iglesias que son cómplices de estos malhechores.

La Palabra del Señor nos asegura que Cristo resucitó y luego subió a los cielos donde está sentado a la diestra de Dios. Fue como Él dijo, a preparar lugar para nosotros allá en el cielo, no en el infierno.

La Biblia dice que Cristo cuando murió descendió al Hades (nunca dice al infierno), es necesario entender lo que significa el Hades.

El Hades era el lugar donde partían las almas de todos los que morían antes de la cruz de Cristo. Aunque era un solo lugar, el Señor Jesucristo precisó que tenía dos compartimentos separados por una gran sima (Lc.16: 26). Uno era el lugar de tormento, donde iban todos los inconversos, y el otro era el lugar de consolación o paraíso; también se le llamaba "el seno de Abraham" donde iban todos los creyentes del Antiguo Testamento.

La palabra "Seol" proviene del hebreo y el vocablo "Hades", del griego. Ambos significan exactamente lo mismo: "Lugar donde moran los espíritus que se han separado de sus cuerpos a consecuencia de la muerte física". No es la morada eterna de ellos.

 

Cuando Cristo murió, efectivamente descendió a ese lugar, como lo confirma en Hch.2: 31. Pero hemos de precisar que no descendió al "infierno" como dice el credo católico, sino al lugar del Hades que correspondía al paraíso, como le aseguró al ladrón que se arrepintió en la cruz del calvario (Lc.23: 43 "Hoy estarás conmigo en el paraíso").

Los creyentes del Antiguo Testamento no podían ir directamente al cielo, debido a que aún no se había cancelado el precio de sus pecados, solamente cuando el verdadero Cordero de Dios, Cristo Jesús, murió e hizo la expiación completa por ellos, fue que pudieron llegar a la presencia misma de Dios. Antes estaban en el paraíso o lugar de consolación, que correspondía a una antesala del cielo.

Cuando Cristo murió, fue a ese lugar para rescatarlos definitivamente y llevarlos al cielo. Allí se encontraban todos los creyentes de la dispensación pasada.

En el gráfico que presento arriba, el lado "A" representa el lugar de tormento, que correspondía al DESTINO DE LOS PECADORES :

Nm.16:30 y 33 (Los que pecaron y se levantaron contra Moisés, Dios los hizo descender vivos al Seol).

Sl.9:17 "Los malos serán trasladados al Seol".

Job 24:18/19 "Así también el Seol a los pecadores".

Sl.55:15 "Desciendan vivos al Seol, porque hay maldades en sus moradas".

Pr.7:27 "(La ramera) camino al Seol es su casa".

El lado "B" representa el lugar de consolación - Seno de Abraham o Paraíso, antes de la resurrección del Señor Jesucristo, que era el DESTINO DE LOS CREYENTES DE LA ANTIGUA DISPENSACIÓN.

Lugar de consuelo - Seno de Abraham - Paraíso.

Gn.37:35 -Jacob

Is.38:10 -Rey Ezequías

Sl.16:10 -David

Lc.16:22-23 -Lázaro

Lc.23:43 -El ladrón arrepentido y Jesús (Hch.2:31).

El Hades tenía dos secciones muy diferentes. El Señor lo describe de una forma muy precisa en la historia del Rico y Lázaro de Lc.16. Digo historia, porque no creo que sea una parábola, debido a que no se encuadra dentro de los parámetros de estas.

Toda parábola es una historia de sucesos terrenales que se añaden al relato, para explicar cosas espirituales, nunca incluyen nombres de personas, porque solo presentan situaciones de carácter general.

En cambio aquí el Señor descorre el velo de lo que hay más allá de la muerte, no para entregarnos una figura terrenal, sino de lo que está sucediendo en ese mundo espiritual, donde nos relata la situación específica de un hombre llamado Lázaro. Pero aunque alguien la considerara una parábola, no opaca en absoluto la verdad expresada en forma tan magistral por el Señor Jesucristo, porque todas las parábolas del Señor tenían como único objetivo entregar enseñanzas espirituales y en este caso, enseñanzas celestiales.

Lc.16:22-26 "Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al Seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en Hades alzó sus ojos estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno...Entonces él dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mi,...Abraham le dijo:...Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá".

Los creyentes del Antiguo Testamento miraban el Seol con temor y esperaban salir de allí un día. Creían en la resurrección del cuerpo.

Dn.12:2 "Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua".

Job 19:25 "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios".

Sl.16:10 "No dejarás mi alma en el Seol".

Sl.49:15 "Dios redimirá mi vida del poder del Seol, porque Él me tomará consigo".

El Señor luego de morir en la cruz, descendió al Hades, al lugar de consuelo, Paraíso o como también se le denomina, Seno de Abraham, para proclamar allí que la obra de la expiación había sido consumada, y sacar a los creyentes del Antiguo Testamento que habían muerto en la fe y obras de sacrificios que solamente eran figuras del verdadero.

Hch.2:31 "habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades".

Lc. 23:43 (Jesús le prometió en la cruz al ladrón que moría arrepentido) "De cierto te digo que HOY estarás conmigo en el paraíso".

Ef.4:7-9 "Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad...y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?".

Testificó personalmente que la obra redentora que anunciaban los sacrificios de animales en la antigüedad, había sido consumada por el verdadero Cordero de Dios.

Llevó cautiva la cautividad de los santos del Antiguo Testamento que hasta entonces estaban en el HADES, en la parte correspondiente al Seno de Abraham (Lc.16:19-31). Como le indicó al ladrón arrepentido en la cruz, quién fue el último en llegar a ese lugar, al paraíso.

Luego de satisfacer la justicia de Dios que demandaba que, la paga del pecado es muerte y sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados; cuando hubo testificado personalmente de los triunfos de la Cruz, de Su victoria sobre aquel que tenía el imperio de la muerte, llevó a todos aquellos que se encontraban en el lugar de Lázaro con Abraham en el Hades, hasta la mismísima presencia de Dios.

Desde entonces el HADES ha sido lugar exclusivo de la morada de los espíritus de los pecadores que aguardan su juicio final. Después de la cruz de Cristo en adelante, es sinónimo de INFIERNO.

Por lo tanto el Hades nunca fue un lugar eterno sino que temporal. Para los creyentes que se encontraban en el lugar de consolación (seno de Abraham), hasta que Cristo murió y resucitó. Y para los que se encuentran aún en el lugar de tormento, hasta que después del milenio de Cristo en la tierra y ocurra la segunda resurrección y comparezcan ante el Gran Trono Blanco, todos aquellos que no fueron salvos en la fe de Cristo (desde que el Señor sacó a los creyentes del lugar de consolación del Hades, el Hades es morada exclusiva de los inconversos), dice la Palabra de Dios:

Ap.20:13-15 "la muerte y el HADES entregaron los muertos...y el HADES fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda".

La doctrina del Nuevo Testamento para las almas de los redimidos, es que al morir no van al Hades, sino para estar con Cristo en la gloria quien está sentado a la diestra de Dios Padre en el cielo.

Jn.14:2-3 "voy, pues, a preparar lugar para vosotros...para que donde yo estoy, vosotros también estéis".

Jn.17:24 "Padre...quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo".

2Cor.5:8 "estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor".

Filp.l:23 "deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor".

En conclusión, Cristo JAMÁS se convirtió en un pecador y NUNCA descendió al infierno.



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