N° 300

Testimonio: La iglesia y el fin de mi matrimonio .

Hola hno Fleming lo saludo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, mi nombre es Cindy, hace un tiempo encontré esta página que ha sido de mucha bendición para mi vida. Al leer algunos testimonios de personas que estuvieron atadas en Iglesias legalistas y aprender más de la Palabra de Dios, he sentido que no estoy sola y también que no he estado equivocada al salirme de ellas, porque sus prácticas y doctrinas no se encuentran en la Biblia.

En el año 1999 conocí al Señor, no fue por medio de otra persona que me hablara del evangelio, fue algo directo con el Señor, esa misma noche le entregue mi vida al Señor de todo mi corazón. Buscando donde congregarme llegue a una iglesia Pentecostal de los "Solo Jesús" como le llaman, me bautizaron bastante rápido, me dieron algunas lecciones sobre el bautismo y empezó una nueva vida para mí que no conocía nada del Señor y menos de las cosas espirituales.

El pastor vino y habló conmigo, me preguntó si quería servir al Señor, yo le dije que sí, y sin más me ordenó que tenía que usar faldas largas y quitarme los pantalones, que no podía usar maquillaje, el pelo tenía que dejármelo largo y peinarme como una anciana. Me dijo que esa era la forma de servirle al Señor, lo hice sin importarme nada, mi esposo había conseguido un trabajo que tenía que ir a otras ciudades a trabajar, me refugie en la iglesia, lo que si sé hno. que lo hice de todo mi corazón para mi adorado Señor, sin saber que al que servía era al hombre, tal es que cuando mi esposo llegaba por algunos días a la casa, yo siempre estaba en las tareas de la iglesia pues el pastor me había delegado bastantes cosas para hacer.

Era feliz con mi Señor pero por otro lado mi estima se vino al suelo, me sentía como una anciana y fea, siempre le decía al pastor por qué tengo que estar así, qué tiene que ver que las mujeres nos arreglemos un poco, yo no quería ni siquiera que me tomaran fotos, me daba vergüenza como me veía, pero seguía a delante.

Mi esposo siempre me decía: anda obedece a tu pastorcito que te manda. Mi esposo se tenía que cocinar porque yo siempre estaba ocupada en las actividades de la iglesia, tenía que cocinar en la iglesia junto a otras hnas., recoger el dinero en las reuniones y de todo lo que se vendía, que era la comida que nosotras preparábamos y los hnos. tenían que comprar en la iglesia, además cantar en el coro y asistir a las prácticas del coro.

En la iglesia se hacían tamales, mucha cantidad y nos obligaban a comprar de 1/2 a 1 docena por familia, a vender los tamales afuera, una vez fui con una hna a vender en una casa y nos salió un hombre muy raro pues el lugar no era bueno. Los domingos se obligaba a los hnos a comer ahí, ellos querían ir a comer con sus familias a los buffet de comida rápida y el pastor les decía que en lugar de ir a dejar el dinero afuera, lo consumieran en la iglesia, las hnas se quejaban conmigo porque yo llevaba algunos cargos.

Todas las predicaciones eran referentes al dinero, sobre la bendición de pagar el diezmo y las maldiciones que recibían los que no pagaran el diezmo, se hablaba mucho de los pactos y todo era en torno al dinero, pero de enseñanza de la Biblia no había nada.Copiado ilegalmente de EstudiosMaranatha.com

Luego que se formó el grupo de alabanza e íbamos de viaje a diferentes pueblos a cantar, ahí había dinero también de por medio, donde el pastor cobraba por nuestra presentación. Además debíamos asistir a seminarios que nos cobraban hasta 350 dólares en Missouri, donde está la central de esta secta con sus enormes mansiones donde viven los líderes, yo vi todo eso.

Comencé a cansarme de los mismos ritos donde siempre lo más importante era el dinero, los diezmos, que la mujer no debe maquillarse, el mismo control, hasta que en 2008 sucedió algo terrible para mí. Mi esposo me deja y dice que nuestro matrimonio está terminado, que él no es hombre de iglesia, que yo cambié, etc. se me vino el mundo abajo, me sentí aterrada y sola ¿dónde me iba? no tenía amigas, hablé y le dije que iba a cambiar. Yo me refería a arreglarme más en lo personal y cuidar más de mi hogar, no a dejar a mi Señor, pero él no quiso nada.

Yo no tenía a donde ir y nos juntamos otra vez sólo por esa razón, él me dijo claramente que ya no me quería, me dio depresión y no quería nada de la vida, seguíamos juntos pero como dos amigos que comparten el lugar. Después de todo esto, seguí yendo a la iglesia porque si no lo hacía pensaba que el Señor me iba a castigar.

Cuando nos mudamos a otro lugar me hice amiga de una señora y resulta que era Pentecostal, me invitó a su iglesia, fui algunas veces pero empecé a ver cosas raras porque para esto yo desde el 2009 decidí estudiar la Biblia más profundamente, porque andaba buscando respuestas a todo esto de que no me podía vestir diferente, la ropa siempre decían que debía ser oscura y muchas otras cosas que me inquietaban.

Vi cosas extrañas en esa iglesia, cada domingo hacían cosas raras, una vez salió un hno. envuelto con tela como Lázaro (según decían), cuando lo desenvolvieron de esa tela se la ponían a los hnos. y decían que eso los limpiaba de todo, otro día su esposo oró por mí, yo tenía un dolor y me he caído al piso y me golpeé tan fuerte en la cabeza que tuve que ir a emergencia, gracias a mi Señor ahora estoy bien. También me dijo esta hna. que no me cortara el pelo porque hay poder de sanidad en el pelo por no cortárselo, si una se corta el pelo está desobedeciendo al Señor y pierde ese poder.

Dejé de ir a las Iglesias, ya no me congrego, pero continúo amando profundamente a mi Señor con todo mi corazón y aquí sigo con mi esposo, nada es como antes porque el dejó de quererme, odia las cosas de Dios. Hno. puede usar mi testimonio por si puede servir para otras hnas. que continúan en las garras de estos pastores que lo único que les importa es el dinero, sin preocuparse que están destruyendo hogares y vidas de personas que les han creído sus embustes, contésteme hno por favor y que Dios lo bendiga grandemente por ayudarnos a abrir los ojos.