Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 306

Dios nos ordena obedecer las leyes de los hombres (Rom 13:1) Pero ¿Hasta dónde hemos de ser obedientes a esas leyes?


RESPUESTA


Efectivamente Dios ha ordenado a los creyentes que nos sometamos a las leyes de los hombres.

Rom 13:1 "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Rom 13:2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Rom 13:3 Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
Rom 13:4 porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
Rom 13:5 Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia".

El mandamiento divino es muy claro, nos ordena hacer lo bueno y todo aquello que sea compatible con nuestra conciencia como cristianos. Pero cuando la ley de los hombres sea contraria a las ordenanzas de Dios para los creyentes, es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

Hch 5:29 "Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres".

Los hombres irán en su decadencia moral hasta que la paciencia y justicia divina digan basta, pero hasta ese día en que Cristo venga a buscar Su iglesia, los hombres inconversos seguirán legislando en favor de las mayorías para obtener sus preferencias en las elecciones, sin considerar si es bueno o malo.

2Ti 3:13 "mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor"

Esto implica que algunas leyes que los hombres irán aprobando serán contrarias a la voluntad de Dios, como por ejemplo lo que estamos siendo testigos en nuestros días de las leyes donde autorizan a los homosexuales a "casarse" entre ellos, la legalización de la marihuana, etc.

Pero en todo esto el verdadero hijo de Dios no tiene ningún problema que afecte directamente sus vidas, porque claramente esas leyes son para los que viven lejos del Señor y sin considerar en absoluto lo que sea de agrado del Santo de la gloria. Se entiende a la luz de la Palabra que los que practican esas cosas están fuera de la iglesia (1Cor 6:9), por lo tanto serán leyes que se apliquen fuera de la iglesia, para esa sociedad que no quiere tener presente la voluntad de Dios, sino que solamente buscan complacer sus propias vidas de pecado.

El problema que puedo ver y que muy pronto se presentará, es que la mayoría de las iglesias se han auto concedido un derecho y facultad que Dios jamás les ha encomendado, como es el mal denominado "casamiento de la iglesia según la ley de Dios" que se practica en casi todas las iglesias. Puede leer más sobre este tema en la respuesta Nº 243. Copiado ilegalmente de EstudiosMaranatha.com

Personalmente he leído mi Biblia más de 50 veces a lo largo de mi vida y le puedo asegurar que jamás he encontrado esa ley de Dios concedida por Él, para ejercerla por la iglesia, es más, en ninguna iglesia del Nuevo Testamento se menciona ese "mandamiento" de Dios, que debería practicar la iglesia. Ninguna iglesia o cristiano en todo el Nuevo Testamento se cita como ejemplo de haber realizado una ceremonia como esa en obediencia a un supuesto: "mandamiento otorgado por Dios a la Iglesia".

Sin embargo esa intromisión que hicieron los líderes evangélicos para igualar sus poderes con los romanistas, les traerá a la brevedad grandes problemas, porque hoy en muchos países donde las iglesias evangélicas presionaron a las autoridades para poder ellos realizar una ceremonia de casamiento con reconocimiento legal, muy pronto veremos que tendrán que enfrentar situaciones muy embarazosas y con consecuencias legales graves, porque más temprano que tarde aparecerán esas "parejas" del mismo sexo que pedirán ser casados legalmente por un "ministro" que les satisfaga sus deseos de casarse ante la ley de los hombres y "la ley de Dios".

¿Qué le podrán decir a esos "novios", aunque uno venga vestido de blanco y con un ramillete en sus manos? ¿Si reúsan efectuar esa ceremonia que los pastores presionaron para obtener la legalidad de las autoridades del país y sin que Dios se los ordenara? Prontamente serán acusados legalmente de "discriminación". Y bien sabemos el inmenso poder que han alcanzado esos movimientos homosexuales. Ese será un problema que ellos (los pastores) se buscaron sin que Dios se los mandara, seguramente que el Señor en Su Omnisciencia, que conocía esta situación que vendría, quiso evitar estos dilemas a la iglesia.

En cuanto a la ley que permitiría el uso y venta legal de la marihuana, también es un problema que debería estar fuera de las iglesias, porque el hijo de Dios sabe que su cuerpo es templo del Espíritu Santo y no contamina ese santo templo con humo (tabaco o marihuana) que daña su salud. ¿Si los creyentes no fuman dentro del local de sus iglesias? Entendemos que menos aún pensarán llenar de humo el verdadero templo del Espíritu Santo que son sus cuerpos.

Y de igual manera debería aplicarse el mismo criterio de santidad en cada una de las leyes que el hombre inconverso aprueba como "legales". Esas leyes permisivas son para otorgar más libertades a una sociedad corrompida moralmente, pero jamás debería ser el parámetro para medir o dictar la conducta que debería optar un verdadero hijo de Dios que es templo del Espíritu Santo, por este motivo añade el versículo 5 de Rm.13 "sino también por causa de la conciencia". Se refiere a la conciencia de un verdadero hijo de Dios, que busca complacer primeramente al Señor antes que a los hombres.



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