Capítulo 1Roma quemó las BibliasLos pseudo evangélicos dicen: "La letra mata" Para el desarrollo de este tema les invito a considerar el pasaje del evangelio de Marcos cap. 2 verso 22 donde Jesús dijo: "Nadie echa vino nuevo en odres viejos, de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar". Los fariseos deseaban apegarse a sus tradiciones y costumbres, a toda la enseñanza religiosa que habían heredado, para esto resistían al Señor y a Su enseñanza. Con este objetivo Jesús les refiere esta parábola, para mostrarles la insensatez de su rechazo: "Nadie debe echar vino nuevo en odres viejos. Porque el vino nuevo proseguirá su proceso de fermentación, se expandirá, y romperá los odres viejos, produciéndose la pérdida de ambos. Los odres se inutilizarán y el vino se derramará". El vino nuevo debía depositarse en odres nuevos. No basta con un cambio de religión, debe producirse necesariamente un cambio en el corazón. A esto la Biblia llama conversión, nacer de nuevo, pasar a ser una nueva criatura en Cristo. Es el precioso milagro por el cual el Espíritu de Dios da vida al pecador que estaba muerto en sus delitos y pecados, como dice en Ef 2:1 "Y él os dio vida a vosotros, cuando
estabais muertos en vuestros delitos y pecados".
El propósito de estos estudios de la serie "Vino
nuevo en odres viejos" es mostrar a aquellos que
aunque en forma sincera, se
encuentran sinceramente equivocados y serán
sinceramente condenados si no depositan el vino
nuevo en odres nuevos. Cuando Cristo venga a buscar su iglesia,
recibirán el solemne rechazo del Señor. Allí
clamarán con angustia: "Señor, Señor ábrenos,
pero él les contestará: no os conozco". Porque
él ha dicho en Jn 10:27 "Mis ovejas oyen mi voz,
y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida
eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano". "Hay camino que al hombre le parece
derecho, pero su fin es camino de muerte". No
podría ser de otro modo, porque se encontraría
siguiendo a hombres y no al Señor. 2Pd.2:1-3 "Habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras...Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas" 1Tm.6:5 "Toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales" 2Tm.4:4"Y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas" 2Tm.3:13 "los
malos hombres y los engañadores irán de mal en
peor, engañando y siendo engañados" 2Tm.3:13
Es su responsabilidad comparar con su Biblia si
lo que yo estoy afirmando y lo que otros líderes
religiosos enseñan, es conforme a la Palabra del
Señor. Oramos fervientemente para que el Espíritu Santo abra su entendimiento y le haga comprender su verdadera situación ahora, que aún hay tiempo y la puerta de la salvación todavía permanece abierta. Le invitamos a reflexionar seriamente con su Biblia y analizar sin fanatismos sectarios, sino que en la sola dependencia del Espíritu Santo, los 24 puntos que iré exponiendo para hacer una síntesis sobre el paralelismo que existe entre el catolicismo romano y los pseudo evangélicos de hoy. El primer punto es: "Roma ha despreciado y
quemado las Biblias a través de los siglos".
Hoy los pseudo evangélicos desmotivan la lectura de
la Palabra de Dios, con afirmaciones tan necias y
sacadas de contexto como cuando dicen: "No lea
la Biblia, porque la letra mata". No solamente privaron al pueblo de la bendición que significa leer la Biblia, sino que en un desprecio absoluto por el mandamiento que nos dejara el Señor Jesucristo de escudriñar las Sagradas Escrituras, la iglesia católica romana prohibió su lectura. No se limitó únicamente a prohibir la lectura de la Biblia, sino que mandó a las llamas de la hoguera a todos aquellos cristianos fieles que osaron obedecer al Señor, antes que a ellos. El papa Gregorio IX en el concilio de Valencia en
el año 1229, prohibió oficialmente la lectura de
la Biblia, y todos aquellos que fueron
sorprendidos en tan "grave pecado", fueron
entregado a sus inquisidores, donde ardieron
como antorchas vivientes para iluminar el camino
del evangelio. Esta traducción se la conoce como la Septuaginta, fue la que el Señor usó durante su ministerio terrenal, aunque él, deseando que todos le entendieran, les hablaba en arameo que era el idioma del pueblo. Siglos después, un monje católico, Jerónimo, que
había vivido en Antioquía y Bethehem, realizó una
nueva traducción al latín
directamente del hebreo. Ésta fue conocida como
La Vulgata y fue la única reconocida como
auténtica por la iglesia católica. Pero Dios no iba a dejar indefinidamente a su Pueblo sin Su Palabra, así que levantó instrumentos humanos que él había preparado para que hicieran las traducciones al idioma del pueblo. Paradojalmente estos eran monjes y
sacerdotes que habían tenido el privilegio de
estudiar profundamente la Biblia en sus
monasterios. Dios bendijo
las publicaciones de estas traducciones para
ponerlas al alcance del pueblo, con la invención
de la imprenta por Gutemberg en el año 1435.
La reacción de la iglesia católica fue poner
precio a las cabezas de estos "herejes". Por ejemplo, los catecismos de Roma, inclusive
los que usan los niños para su 1ª Comunión,
enseñan solamente 9 mandamientos de la ley de
Dios y para completar el número 10 han dividido
el décimo en dos. ¿Por qué?
Porque han eliminado el 2º mandamiento que dice:
"No te harás imagen ni te inclinarás ante
ellas". En Jn 10:35 dijo: "La Escritura no puede ser quebrantada". En Mt. 24:35 dijo: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". El nos manda a leerla y escudriñarla. El Señor reprendió a los saduceos diciéndoles en Mt. 22:29 "Erráis, ignorando las Escrituras". En Ap. 1:3 Dios dice: "Bienaventurado el que
lee, y los que oyen las palabras de ésta
profecía, y guardan las cosas en ellas
escritas". Sabido es que todo sistema intolerante se mantiene en el poder, no sólo por la fuerza de las armas, sino que también sometiendo a las mayorías en la ignorancia. Los líderes pseudo evangélicos tampoco han resistido a la tentación de sumir a su pueblo en la ignorancia bíblica para dominarlos. Es muy triste escucharles extraer de su contexto, como es la característica de ellos, para decir: "No estudie la Biblia, porque la letra mata". Este es uno de los insultos más groseros que raya en la blasfemia, que se está repitiendo hasta el cansancio en el día de hoy por estos líderes religiosos inescrupulosos que desean alejar al pueblo de Dios de la lectura de la Biblia. Porque si sus congregaciones conocieran la Palabra del Señor, ellos no podrían seguir haciendo ni diciendo las insensateces que enseñan. El apóstol Pablo dice en Romanos 7:6 a los
cristianos: "Pero ahora estamos libres de la
ley, por haber muerto para aquella en que
estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el
régimen nuevo del Espíritu, y no bajo el régimen
viejo de la letra". Aquí llama al nuevo pacto, "el régimen nuevo del
Espíritu". Y al viejo pacto, "el régimen viejo
de la letra". Dice que la letra (la ley de Moisés) mata, porque por las obras de la ley nadie será salvo, porque nadie ha podido cumplir toda la ley, solo el Señor, Stgo. 2:10 dice: "Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos". Y en Gálatas 3:10
es aún más fuerte, porque dice: "Porque todos
los que dependen de las obras de la ley están
bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo
aquel que no permaneciere en todas las cosas
escritas en el libro de la ley, para hacerlas".
Sólo por gracia somos salvos por medio de la fe
en el Señor Jesucristo. Le aseguro que verá lo simple que resulta su interpretación. Haga Ud. la prueba con esta parte del versículo que estos mutiladores de la Palabra hacen, y comprobará lo absurdo y blasfemo que resulta lo que ellos dicen, porque es totalmente opuesto a lo que Dios enseña. He. 4:12 "Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos, y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón". Otros no desean que sus congregaciones conozcan
la Biblia porque ellos mismos son ignorantes de
la Palabra del Señor, y se sienten muy incómodos
cuando algún hermano les hace alguna pregunta
bíblica. Para cubrir su propia ignorancia les
dicen: "No lea la Biblia, porque la letra
mata". Otro tanto podríamos añadir sobre la astucia de la persecución encubierta que hoy existe contra la Biblia. Nos han invadido de traducciones y revisiones donde se siembra la duda sobre muchos pasajes, añadiendo notas al margen donde dicen a sus lectores: "Este pasaje no se encuentra en los originales, o que no existen pruebas suficientes sobre su autenticidad". El Señor nos dijo que "La Escritura no puede ser
quebrantada".
"El cielo y la tierra pasarán, pero mis Palabras
no pasarán". Dios no necesita la ayuda de estos teólogos
modernistas para darse a entender al hombre, cuya
principal motivación es respaldar el movimiento
ecuménico y sembrar la duda en quienes están
buscando la verdad. |
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